martes, 2 de abril de 2013

Su silencio no molesta

El sábado 23 mi amigo y yo estabámos tomando mate en los Bosques de Palermo a eso de las 20 hs, ahí al lado del Ciervo de Bronce, y de repente vemos que detrás de un edificio que hay ahí (creo que es un museo) dobla un auto a todo lo que da con sus intermitentes luces azules. Era un patrullero, del cual bajan dos policías y empiezan a preguntarnos qué hacíamos ahí, que si no sabíamos que ahí era inseguro y que nos exponíamos. Luego nos piden documentos y mientras los revisan nos cuentan que ese lugar la gente lo usa para drogarse. ¿Ustedes no tendrán marihuana, cocaína o alguna otra gilada, no? Nos revisan los bolsos, no encuentran nada. El oficial se dirige a mí y me llama por mi primer nombre: "Carlos, ¿puede revisarte los ojos? Accedo, en ese momento ya no se veía mucho, y me dirige una linternita azul justo en la pupila. Como ya no tenían mucho que hacer se retiraron, no sin antes recordarnos que ese lugar era inseguro, aunque no había nadie y bueno, los únicos que estabámos éramos nosotros y ellos. !Claro que juntamos todo y nos fuimos! A ver si seguían bajando de los árboles a cuidarnos. Un día antes del 24 de marzo me quedo una sensación rara, como si hubiese vivido algo, muy lejano y a la vez muy cercano, eso de que aparezca un auto de la nada, te revisen, pero claro nadie me secuestró nadie me mató nadie me violó, y sin embargo algo me resonó muy dentro.

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