jueves, 29 de octubre de 2009

INSTRUMENTOS

Cada performance es distinto, un acontecer tan único como excepcional, como la vida, empieza pero no termina. De ese acto irrepetible quedan huellas, restos, formas, fotos, apuntes, sobretodo experiencias en juego. El balance balancea lo conceptual en delicado equilibrio con el juego, la instalación, el mundo poético y la flexión con lo teatral. Nuestra intención, muchas veces, es desconocida. Jugamos con la sorpresa, la improvisación, la invención, el imaginario que el otro aporta. Sabemos que hay un misterio pero no podemos definirlo exactamente. Plasmamos un hecho estético, del cual somos hacedores pero también del que salimos hechos y deshechos. Una constelación informal. Como todo suceso cercano (real, social, ritual) estos performances aún emiten resonancias, reverberaciones, de los cuales se pueden decir muchas cosas, pero lo más importante es decir: pasó, pasa y va a seguir pasando. Todo performance acontece en un cuerpo, pero en nuestro caso es en un entre-dos cuerpos. Cada uno aporta materiales, significados y el deseo de construir con ellos un momento único, tenso o terso, rara magia, que solo nuestra fascinación puede crear en la vigilia. En performance se organizan sonidos, silencios, palabras, acciones, y duraciones. Se construyen otros espacios en los espacios. Cada performance efectúa un recorrido partícular. Nosotros somos los instrumentos. Una casa puede ser un laberinto o un jardín sonoro. No somos actores. No hacemos ficción, pero evidentemente, trabajamos mezclando lo ficticio y lo real, del cruce de ambos, surgen cruzas, híbridos, figuraciones más o menos furtivas. Y seguiremos habitando.

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