jueves, 17 de septiembre de 2009

Mi vida como performer

Mi vida como performer no puede ser escrita ahora

porque todavía esta abierta. Y soy joven. Pero gracias por valorar mi trabajo e invitarme a esta charla.
Mucha de mi fuerza pasa por la escritura, ya que me formé estudiando Letras, por eso mismo escribí los pensamientos y sentires que siguen.
Me encantan las odiseas espaciales. Vivo en el lejano Oeste (Hurlingham) y es así que cada vez que vengo al centro acometo con dos o más eventos.
Mi formato de performer es transportable. La idea es compartir un viaje a través del espacio-tiempo y a veces siento que mucha de la conexión que se genera, cuando me encamino a realizar una acción, pasa por las personas que veo, los medios de locomoción que tomo y mi propia inmersión en lo real.
Mi enlace con el performance transita por combinar los cuatro elementos básicos: el tiempo, el espacio, mi cuerpo y su relación con el cuerpo de otros performer y el de los participantes y/o públicos.
Ingresé al performance, no como práctica estética, sino a través de otros mundos de imaginación, plásticos, literarios, teatrales y/o audiovisuales.
Esa suma me hace considerar al performance como matriz de todas las artes. Es un acercamiento poético, en el sentido inicial del término, donde poiesis equivale a creación.

En cuanto a mi exploración parte no sé si de una determinada temática pero sí de mi personalidad, de la atmosfera que recreo y de la visión de mundo que intento generar, que a su vez se conecta con una búsqueda interpersonal.
El sentido de mis acciones no preexiste a las mismas. Nace y muere en la mirada del otro. Yo desearía llegar más al corazón que a la mente de los demás. Iluminar ciertas zonas oscuras. Sacar fuera todo lo que esconden nuestros baúles. Lo que recibimos, lo transformamos, pero si queda dentro, se estanca, y no fluye.
Creo en el poder y en la fuerza de los objetos inútiles, de las miniaturas, de las máquinas que ya no sirven, de los restos, de los altares profanos, de los diversos rituales que los distintos pueblos han imaginado para relacionarse con sus fuerzas elementales. Hay elementos de esa naturaleza en muchas de mis creaciones.

Esto me ha servido de mucho. Gracias a las acciones logré continuar mi pasión por el papel y especialmente por collage, que es algo que cultivo desde los 15 años.
Para mí mucha de la experiencia del arte pasa por el don o por el intercambio.
Valoro, mucho, y creo que es ahora éste es el desafío, proyectar comunitariamente acciones que se desarrollen en ámbitos urbanos y que vínculen el performance con personas, sujetos y comunidades que jamás hayan presenciado acciones de este tipo.
Soy itinerante (Romero, equivale a Peregrino) y mi exploración pasa por la circulación dentro de unos bordes, que delimitan un espacio o ámbito interdisciplinar, en el cual mis acciones y performances, suponen un aporte extraño, una intervención sutil y/o una modificación perceptual.

Atravesamos zonas de turbulencia, donde las energías parecen dispararse para cualquier lado. Donde nos pasa de todo, donde la mezcla de olvido y memoria, adelanta y rebobina la mente al mismo tiempo. Se generan misteriosos presentimientos y situaciones dignas del eszquizonalisis. La debacle ya no es financiera o política o social, sino total.
Este Sistema no era el mejor, y como tal poseía fecha de vencimiento. Y ahora?, nos preguntamos todos. Y ahora qué pasa, eh?
Bueno, cuando nada pasa, o cuando todo pasa, es bueno...preguntarnos que es lo queremos que pase.
En mi caso, la respuesta es romper el círculo que trazé con mis propias acciones y performances, paea encarar por un lado acciones colectivas y por otro proyectos de gestión de eventos performáticos o que integren esta práctica con otras.
A veces me agito y me dejo llevar de las narices por las brisas más tempestuosas, como frágil mariposa, y a veces me quedo quietos como larva, esperando la anhelada metamorfosis.
En verdad, voy y vengo del repliegue a la apertura. Y entre todos mis yoes conformamos un collage de diferentes texturas. Cada cual es un fragmento desprendido, un ascua, de un fuego perpetuo.
¡A veces siento la necesidad de reavivar ese fuego realizando acciones!
Por eso ahora siento la necesidad de redoblar la apuesta, de generar movidas, de encontrar más personas ávidas de sacudir su sensibilidad, y surge en mí el deseo de montar instalaciones y de participar en performances donde lo preparado y lo espontáneo se combinen.
¡Hay que volver a vivir el arte como si fuera tu propia aventura! Fuera de la galería, fuera del museo, en la vereda, pero no en la del museo, sino en la calle, cualquier calle no, la que uno sueña o la que uno desea.

¡Volver a Ser ImaginariaMente Feliz!

Para quienes somos sensibles, las acciones, palabras o imágenes, son nuestros frágiles puentes para ir al encuentro del Otro. Y en el caso de la performance, yo mismo-performer y vos- otro-participante espectador, logramos unirnos y fusionarnos momentaneamente dentro de una misma acción.
Y ciertamente, en estos tiempos todo se desmorona y a la vez se construye algo nuevo, solo nos salvará nuestro deseo de ser salvados!
Cada vez que me encontré con cada de una de las personas con las que colaboré en cualquiera de mis performances (ya sea dentro de mi primer grupo Antojo de Burro, o mi posterior colectivo, Piedad Marilyn, o luego con Klaudia con K, o con Nuria Vadell, o con Henrik Hedinge o hace muy poco con Mariana Serrano) siempre trate de soñar algo y de darle entidad, en este mundo de entes borrosos.
Este tipo de colaboraciones implican procesos que inician dentro, se trasladan al exterior, y al fin quedan como huellas de conexiones, rastros y registros.
Esos momentos de conexión conforman este espacio que somos, y generan la apertura necesaria, para deslizar una palabra, un gesto, un color, que modifiquen la percepción habitual y automatizada que a veces paraliza nuestras vías más sensitivas.
Encontrarme con otros artistas, ayudarlos a crear, me hace descubrir que hacer gestión, como hacer performance, es como ayudar a parir. Y en ese sentido también entiendo que realizar performance puede ser terapéutico.
¿Acaso no se dice gestar como sinónimo de concebir?
Uno ayudar a parir cuando el otro tiene algo dentro y uno ayuda a que salga.
Esto también puede desgarrarnos a veces, porque alumbrar aunque es un acto maravilloso, es un poco desgarrador, en el sentido de que un alumbramiento es un proceso que vivimos con una mezcla de dolor, temor y alegría.

También yo puedo dar a luz...

Por cada proceso (performance o gestión de una actividad de performance) hay que hacer trabajo de parto.
Como performer o gestor me mando con una propuesta desde el corazón, porque creo que siempre vale la pena el esfuerzo de gestar en este universo.
Vuelvo a pensar en performance fuera de mi idea de performance, y descubro mis límites y a la vez voy al encuentro de lo que pueda surgir.
Dar un sentido a toda vida acción aún la más prosaica o simple o elemental .
Transmutar en amistad y amor el creciente odio, recelo y desconfianza entre las personas.
Y tomo las palabras de la poesía para saludar la vida con una clase de respiro que corte de raíz el asma mental en el cual nos sofocamos a veces.
Pasado el ahogo, causado por la inhalación de un humo negro y tóxico, una mala nube, cualquier falaz visión de un cielo equivocado, asoma lo verdadero.
Todo puede ser exorcizado por la delicada aspiración de una rosa.
Así, pequeñas acciones, a veces anónimas, a veces no públicas, siempre interpersonales, nos ayudan, porque abren los poros de nuestra sensibilidad y nos permiten percibir el sentido de lo que hacemos.

Ezequiel Romero

Texto escrito para el Intercambio de Artistas
Septiembre 2009

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